
NADA ES LO QUE PARECE ...
viernes, 25 de diciembre de 2009
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NADA ES LO QUE PARECE ...
Nena guapa", "Hacha cósmica", "Guachito pistola", "Yunque", "El todo y lo posible", "Pájaros del dolor", "El arma no es un juguete", son algunas de las obras que, a partir de la resignificación de armas decomisadas en la provincia de Mendoza, integran la muestra "Propuestas artísticas para la convivencia y el desarme", que el Palais de Glace presenta hasta el 28 del mes actual.
Las pistolas, escopetas, revólveres y balas que 86 artistas del país -entre otros, Clorindo Testa y Carlos Gorriarena- aceptaron para crear esculturas y objetos simbólicamente opuestos a la materia que les dio origen son parte de un lote de 5000 armas que en 2001 el gobierno de Mendoza recuperó de la sociedad civil y canjeó por tickets para alimentos o partidos de fútbol.
El objetivo del desarme de la sociedad es parte de un proyecto mundial. La fallecida artista plástica mendocina Eliana Molinelli, entonces directora del Museo de Arte de la Universidad de Cuyo, había impulsado el proyecto que recaló este mes en el Palais de Glace de la mano de su sucesora, Vivian Magis.
El resultado son obras conmovedoras, escalofriantes, sorprendentes y hasta curiosas porque dan cuenta no sólo del poder creador de los artistas, sino además de la relación que establecieron con las armas. El flamante director del Palais de Glace, Oscar Smoje, que acompañó a LA NACION en el recorrido por la muestra, elogió la obra de Jorge Gamarra. "Herramientas", que resignificó las pistolas en instrumentos de trabajo.
Artistas como Silvina Benguria, autora de "Nena guapa"; Diana Lebensohn , creadora de "Guachito pistola"; Mireya Baglietto, responsable de "Transmutación"; Ernesto Pesce, autor de "Hacha cósmica", y Mariana Schapiro, inspiradora de "Ornamentos", tuvieron una aproximación diferente al material.
"Estuve seis meses sin tocarlas. Después la fuerza del arte pudo con todo", recordó Benguria, en tanto Lebensohn admitió que tras sentirse "paralizada" porque le daba "miedo tocarlas", comenzaron a surgir las ideas y su obra estuvo lista en dos días. Mireya Baglietto abordó su trabajo desde el concepto de la transformación. "Luego de superar el asco que me producían, comencé a verlas como una materia más que como objetos", dijo.
El caso de Pesce fue distinto. "Reparé en que se trataba de armas pequeñas y pensé que debían de ser de gente humilde. No había Itakas, por ejemplo. Pensé entonces que si los humildes quedaban desarmados, por lo menos tenían que tener simbólicamente otro tipo de arma justiciera. Porque hay que desarmar a los poderosos, no a los más débiles." Su esposa, Mariana Schapiro, se inclinó por "banalizar las armas" convirtiéndolas en ornamentos.
En la muestra hay, además, armas reconvertidas en juguetes, herramientas laborales, flores, pájaros, aviones, barcos y hasta una tumba muy significativa de Leo Vinci, en cuyo féretro yacen restos de escopetas.
Por Susana Reinoso De la Redacción de LA NACION
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